Sebastián Álvaro 12 julio 2012
Se cumplen ahora quince años de la desaparición de un hombre imprescindible, uno de esos tipos «peligrosos», como definió Lawrence de Arabia a esos soñadores que sueñan despiertos porque son capaces de hacer realidad sus sueños.
Bastaría ver la foto de su rostro enjuto y surcado de profundas arrugas, sonriente, coronado por un gorro de lana rojo para que todos identificásemos a Jean Jaques Cousteau. Un personaje mundialmente reconocido por su centenar largo de documentales dedicados a la vida que bulle bajo las aguas de nuestro planeta. Él fue quien nos abrió las ventanas a los abismos subacuáticos para que nos asomásemos a ellos sin miedo…