¿Y si volvemos a enviar postales?

Cuando llegamos a un nuevo destino, subimos fotografías a Instagram y envíamos WhatsApp a nuestros seres queridos pero rara vez sucumbimos al encanto romántico que supone enviar una postal. Quizás, hasta ahora.

Nunca llegué a escribirte esa postal desde aquella choza en mitad de la selva cuyas coordenadas solo compartiría contigo. Preferiría subir una Story, para que lo vieras, imaginaras. Es mi forma de dejar migas de pan. Es más fácil, más impersonal, menos arriesgado. Pero si lo hubiera hecho, habría sido estupendo, ¿verdad?

Las postales hablan de atreverse y soñar, de dar punzadas a corazones ajenos desde lugares mágicos, remotos, tan lejanos. Y es hoy, en un mundo de fotos vintage sumergido en una ola de nostalgia futura, cuando muchas personas ya han vuelto a sucumbir a esta antigua costumbre viajera que nunca debió desaparecer…

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