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Historia de la animación: la primera serie animada y sus sucesoras

Si la era dorada del cine de animación norteamericano tuvo lugar entre los años 30 y los 50, en las décadas siguientes la protagonista fue sin duda la televisión. Las películas animadas perdieron la enorme atracción que habían despertado: en un mundo que vivía conflictos como el de Vietnam o la Guerra Fría…

Si la era dorada del cine de animación norteamericano tuvo lugar entre los años 30 y los 50, en las décadas siguientes la protagonista fue sin duda la televisión. Las películas animadas perdieron la enorme atracción que habían despertado: en un mundo que vivía conflictos como el de Vietnam o la Guerra Fría, la gran pantalla apostaba por otro tipo de contenidos. No sucedía así con la televisión que muchísimos estadounidenses tenían ya en sus hogares; la pequeña pantalla era fuente de entretenimiento y distracción para grandes y pequeños, y las series de animación fueron enormemente populares. Hoy te contamos cuál fue la primera serie animada de la historia y cómo se desarrolló la historia de la animación entre los años 50 y los 80 del siglo XX.

¿Cuál fue la primera serie animada de la historia?

Cuando hablamos de “serie animada”, nos referimos a aquellos productos desarrollados para ser emitidos por televisión. Anteriormente, en la mayoría de los casos la animación cinematográfica seguía un formato muy similar. Como te contábamos en el capítulo anterior de esta guía de la Historia de la Animación, se trataba de cortos protagonizados por personajes muy populares que contaban historias breves, siempre con los mismos parámetros, duración y continuidad. Vamos, como una serie tal y como hoy las conocemos. Excepto los largometrajes producidos por Disney y alguna otra excepción, el resto de las productoras se dedicaron a desarrollar este tipo de productos para la gran pantalla, con un éxito indiscutible.

Hubo que esperar a 1949 para ver en pantalla la primera serie animada de la historia producida exclusivamente para televisión. Fue un proyecto liderado por Jay Ward, que más tarde haría famosos a los personajes de Rocky y Bullwinkle. Ese año sus estudios Jay Ward Productions crearon la serie Crusader Rabbit (El Conejo Cruzado). Desde el nacimiento de Bugs Bunny los conejos habían demostrado su potencial para atraer al público, especialmente a los más pequeños; algo que Ward no dejó de aprovechar. Los primeros episodios se grabaron en blanco y negro y tenían tan solo 4 minutos de duración; fueron emitidos por la KNBH (actual KNBC) entre 1949 y 1952. Más adelante, en 1959 se grabaron otros 260 capítulos, ya en color.

Durante los años 70 y 80 del siglo XX, las pantallas de televisión metieron en las casas a unos auténticos y maravillosos “okupas”. Hablamos, por supuesto, de Los Picapiedra (The Flintstones), una de las familias más famosas de la historia de la televisión de todos los tiempos. Su creador fue el estudio Hanna-Barbera Productions Inc., fundado por William Hanna y Joseph Barbera en 1957. Ambos eran por aquel entonces directores de la Metro-Goldwyn-Mayer y fundaron la filial para acceder al mercado de la televisión, ante el cierre de la famosa productora cinematográfica. En 1960, el estudio ya copaba la mayor parte de la producción de series animadas en EEUU gracias a proyectos como The Huckleberry Hound Show. Ese año lanzaron lo que sería el primer buque insignia de los estudios: las vivencias de una familia prehistórica formada por Pedro y Vilma y sus inseparables vecinos, Pablo y Betty.

Pero la producción de Hanna-Barbera no se terminó con los entrañables cavernícolas. El estudio también creó algunos de los iconos de la animación más populares de las décadas siguientes. Sin ir más lejos, son los “padres” de El oso Yogui y del famosísimo Scooby-Doo, serie que marcaría el camino a seguir de muchísimas producciones animadas de finales del siglo XX y comienzos del XXI.

Warner Bros. Cartoons. La evolución de Looney Toones y Merrie Melodies

Desde la primera serie animada hasta la actualidad, nombres como Looney Toones o Merrie Melodies se escriben sin duda con letras de oro. En realidad, como comentábamos antes, eran series para la gran pantalla; pero más adelante se adaptaron a los nuevos medios. Todos aquellos y aquellas que vivieron su infancia en los años 70 recordarán la famosa frase de Porky Pig para la apertura de los capítulos: “E-e-esta es una serie de la Warner Brothers para televisión”.
En realidad, el departamento de animación de los famosos estudios cerró en 1963. Pero en 1975 Chuck Jones recuperó a los icónicos personajes y empezó a producir nuevos episodios y especiales de Looney Tones y Merrie Melodies que alcanzaron un éxito espectacular a nivel mundial. Sin embargo, no fue hasta 1986 cuando los estudios definitivamente se sumergieron de lleno en la animación televisiva: su primera auténtica serie animada fue Tiny Toons (1990-1995). A este proyecto le siguieron otros como Animaniacs o Pinky y Cerebro, que sin duda muchos pertenecientes a la Generación Z recordarán de su infancia. También produjeron varias series basadas en personajes de DC Comics.

De Patie, Freeleng y su gran creación: La Pantera Rosa

Cuando en 1963 se clausuró el departamento de animación de los estudios Warner Brothers, dos figuras fundamentales del mundo de la animación decidieron fundar su propia productora. Hablamos de Friz Freleng y David H. De Patie, padres de DFE (DePatie-Freleng Enterprises). No pudieron empezar con mejor pie: ese mismo año, los productores de la película La Pantera Rosa les encargan una animación para sus títulos de créditos. Nace entonces uno de los personajes más emblemáticos, elegantes y divertidos de la historia de la animación: La Pantera Rosa, que en 1964 se llevaría un Oscar al mejor corto de animación por The Pink Phink.

El corto se convertiría en el piloto de una serie de animación. que supuso un giro de 180 grados con respecto a lo que entonces se hacía. Su concept art, con dibujos minimalistas y cercanos a la abstracción; la ausencia de diálogos y su innegable inspiración en el cine cómico de principios del siglo XX la llevaron al éxito. A día de hoy, tanto la serie como su inmortal personaje siguen despertando nuestra admiración, cariño y carcajadas. De Patie y Freleng también fueron los “padres” de otras series animadas: El inspector, El oso hormiguero y la hormiga y Hoot Kloot fueron los más conocidos en España.

La animación en España: de los orígenes al boom de los 80

Vale, de acuerdo. La animación española no empieza en los años ochenta del siglo XX, sino que sus orígenes se remontan a mucho tiempo antes. Pero esta “década prodigiosa”, por lo menos en lo que respecta a producciones animadas, vio nacer algunos de los proyectos más exitosos y populares de la televisión de nuestro país.

Vale, de acuerdo. La animación española no empieza en los años ochenta del siglo XX, sino que sus orígenes se remontan a mucho tiempo antes. Pero esta “década prodigiosa”, por lo menos en lo que respecta a producciones animadas, vio nacer algunos de los proyectos más exitosos y populares de la televisión de nuestro país. Desde las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza hasta los dinámicos Mosqueperros o el inquieto Willy Fog, son muchos los personajes que se ganaron un hueco en el corazón de los televidentes de la época. Si quieres conocerlos y saber cómo empezó la historia de la animación en España y cuál ha sido su “edad de oro”, ¿a qué esperas? ¡Acompáñanos en la aventura de hoy!

Historia de la animación española: los orígenes

Al igual que sucedió en otras partes del mundo, la historia de la animación en España corre pareja a los inicios del cine en general. Y sin lugar a dudas, no podemos hablar de los inicios de la animación española sin mencionar un nombre esencial en nuestro cine: Segundo de Chomón. Pionero del género fantástico (y del cine en general), trabajó para la productora francesa Pathé. En 1908 realiza la que probablemente sea su cinta más famosa, ‘El hotel eléctrico’; en ella, empleando una peculiar forma de stop motion muestra la historia de un hotel “del futuro” en el que todo funciona de manera autónoma. Sin ser cine de animación propiamente dicho, su obra adelanta la tecnología que en el futuro se empleará en el sector.

En España, se considera que la primera película animada “patria” fue ‘El apache de Londres’, un corto en blanco y negro de 6 minutos dirigido por Alfred Fontanals y del que no se sabe apenas nada. Actualmente está desaparecida, al igual que el segundo intento de 1916: ‘El toro fenómeno’. De esta película se sabe bastante más; al parecer, se trataba de una parodia de una corrida de toros proyectada en dos actos. En este sentido, bien pudiera haber sido la antecesora del célebre ‘Ferndinando’ (1938), el corto de animación que se llevó el Oscar y que quitó el sueño a Franco y a Hitler: ambos prohibieron la distribución del libro, así como la proyección del corto en las salas españolas y alemanas. Unos años antes, en 1932 tiene lugar un acontecimiento fundamental en la animación española: se crea la Sociedad Española de Dibujos Animados, fundada por Antonio Got, Ricardo García y Joaquín Xaudaró. Su trayectoria, sin embargo, fue breve, ya que desaparece en 1936 con el estallido de la Guerra Civil.

Los años del franquismo: ‘Garbancito de la Mancha’ y publicidad

Con la dictadura bien asentada ya en España, en 1945 se produce una película que hará historia en la animación europea. Hablamos de ‘Garbancito de la Mancha’, el primer largometraje animado a color estrenado en Europa. Creado por el estudio Balet y Blay, también fue la primera película de animación que empleó el método de los acetatos en todo el continente. Si en cuanto a tecnología y creatividad fue una auténtica pionera, en materia de contenido se quedaba muy atrás: la historia partía del cuento infantil original para resaltar los valores y los estereotipos defendidos por el régimen franquista.

En las décadas siguientes la animación se empieza a emplear también en publicidad y en televisión, con productoras como los Estudios Moro o los Estudios Macián, “padres” de la famosa Familia Telerín. Al mismo tiempo, se empiezan a hacer intentos de crear animación para adultos; es el caso de las ‘Historias de amor y masacre’, realizada en 1959 con guion y dibujos de Gila, Chumy Chúmez y Jordi Amorós.

Años 70 y 80: de Hanna Barbera a David el Gnomo

Como no podía ser de otra manera, los años 70 y 80 suponen un punto de inflexión en la historia de la animación española. Durante estas décadas la televisión se convierte en el centro de reunión, entretenimiento e información de millones de hogares a nivel mundial, y lo mismo sucede en España. Surgen nuevas productoras, algunas de las cuales destacan por la enorme calidad de sus dibujos y el talento de sus creativos. Es el caso de Filman, que llega a trabajar para el famoso estudio norteamericano Hanna Barbera en series emblemáticas como ‘Los Picapiedra’.

Pero aún más relevante es la producción de series propias, creadas para el público español y con vocación internacional. Son los años de ‘Los Trotamúsicos’ y ‘Don Quijote de la Mancha’, ambas producidas por los Estudios Cruz Delgado; o de ‘Dartacán’, ‘La Vuelta al mundo de Willy Fog’ y ‘David el Gnomo’, creadas por BRB Internacional. Cabe destacar los problemas que sufrían las productoras para encontrar dibujantes y creativos especializados en nuestro país; con la intención de cubrir esta necesidad, en 1983 Emilio Luján, Emilio de la Rosa y Ángeles Canalejo fundan la Escuela Taller Fantasma en Madrid, germen de nuestra escuela ESDIP.

Historia de la animación japonesa (1971-1980)

Seguro que te traen buenos recuerdos las series que viste cuando eras pequeño o que simplemente veías porque era lo más clásico que pasaban en la TV. Sí, hablamos de esa animación japonesa de antaño, aquella que fue lanzada durante la década de los 70 y 80, una época en la que todo parecía diferente en cuanto a producción de anime, lo cual hace que sean inolvidables.

El anime de estas dos décadas fue muy relevante para el crecimiento del género, ya que se crearon obras de gran nivel, originalidad y diversidad. Con una animación de estilo retro, estas series nos hicieron disfrutar de momentos increíbles y le tocaron el alma a muchos espectadores. Por suerte, en este artículo te haremos recordar esos anime que te llenarán de nostalgia.

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