Entrevista a Kilian Jornet: “Cada uno debe saber lo que es capaz de hacer”

Darío Rodríguez/ Desnivel – Lunes, 23 de Mayo de 2016

El reto de subir al Everest en estilo ligero sigue marcado en la agenda de Kilian Jornet. Esta temporada ha decidido correr un poco menos y centrarse en mejorar su técnica alpina para afrontar la montaña con más garantías.

Entrevista a Kilian Jornet Cada uno debe saber lo que es capaz de hacer

Hablamos con Kilian Jornet en la Zegama-Aizkorri, una carrera que ha ganado varias veces (también este año) y a la que le gusta volver por la energía que desprenden el público y el lugar. Nos cuenta que esta temporada va a dedicar menos tiempo a las carreras para preparar a fondo la expedición al Everest que hará en el mes de octubre, lo que significa que parte de sus horas de entrenamiento las dedica escalar, destrepar y avanzar por terreno alpino para ganar soltura. Su propuesta de himalayismo ligero suele suscitar controversia, por eso le preguntamos por las razones que hay detrás de sus proyectos.

¿Qué planes tienes a corto plazo?
La idea es correr poco: participar en Zegama y Hardrock para tener tiempo de hacer montaña antes de marcharnos al Tíbet en agosto [para ir al Everest]. Después de la temporada de esquí de este año he estado en casa, en Noruega, esquiando y escalando.

¿Cómo te estás preparando la expedición al Everest?
Entreno normal, sumando horas de montaña. Estoy intentando hacer algo de actividad técnica para subir un poco el grado. Básicamente, le dedico horas: hago muchos metros en terreno de alpinismo fácil-medio y también escalo y destrepo en terreno medio para estar suelto en dificultades de este tipo. Así, cuando encontremos zonas parecidas en el Everest, técnicamente iremos muy sueltos para poder centrarnos más en la altura. Luego ya tendremos tiempo para concentrarnos en la aclimatación…

«La gente no se toma el tiempo de aprender con paciencia hasta llegar a una meta»

¿Cuándo queréis viajar y quiénes vais?
Queremos ir en otoño, que es cuando más nieve hay en la cara norte. Nos vamos Jordi Corominas, Jordi Tosas, Seb Montaz y Vivian Bruchez con la misma idea de otras veces. Tenemos algunos planes pero allí determinaremos cuándo, cómo y por dónde.

El concepto de alpinismo ligero es controvertido…
Ahora podemos ver escenas de gente que va con zapatillas a la montaña, pero cuando ves imágenes de hace años como las de Riccardo Cassin haciendo vías de sexto grado con botas de cuero y una cuerda atada a la cintura, eso era también alpinismo. El problema de hoy no es el material que uses, hace años se hacían cosas con equipo muy básico y los riesgos eran mayores a los de hoy. Creo que la cosa tiene más que ver con las redes sociales, todo el mundo quiere hacer un montón de actividades y al final la gente no se toma el tiempo de aprender con paciencia hasta llegar a una meta. Yo subo al Cervino con zapatillas, pero la primera vez que lo escalaron con la cuerda atada a la cintura, lo que estaban transmitiendo no era precisamente seguridad.

¿El efecto imitación es peligroso?
Cada uno tiene que hacer lo que quiera y la gente ser lo suficiente madura e inteligente para saber cuáles son sus límites. Yo veo a Alex Honnold haciendo un solo en una vía muy difícil y sé que no me puedo meter ahí porque me voy a matar. El salto BASE de proximidad me parece bonito pero yo no lo voy a hacer porque sé que me voy a estampar contra un árbol. Cada uno debe saber lo que es capaz de hacer y no debe ponerse en la piel de otro.

«Los veteranos aún podamos dar guerra»

Tú empezaste a explorar los límites de la montaña desde muy niño.
Cuando eres pequeño no te das cuenta de si subes un tresmil o un cuatromil con tus padres, solo juegas. La primera vez que subí al Aneto tenía 5 años y no tengo nada especial en la memoria, lo que sí recuerdo de ese día es que mis padres me quitaron los ruedines de la bicicleta al volver al camping y fue la primera vez que la usé solo con dos ruedas. Recuerdo más eso, que era excepcional, que el Aneto, que para mi era normal. O el verano que fuimos a la playa a ver a los abuelos, una cosa más rara que ir a los Alpes a hacer una travesía.Yo corro por la montaña desde que era pequeño, pero en realidad todos los niños corren para ir a los sitios. Es lógico, lo que pasa es que de adultos lo perdemos. A mí no me dio por perderlo y he seguido corriendo.

Hablando de niños. ¿Notas que hay relevo generacional en las carreras?
La primera vez que vine al País Vasco a correr la Zegama-Aizkorri yo era de los cadetes. Este fin de semanas, en la mesa de comer de la carrera, yo y Tom Owens éramos los viejos y eso es lo bonito: ver que hay generaciones nuevas que suben con fuerza, aunque los veteranos aún podamos dar guerra.

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