El reto de alcanzar el Polo Sur con el único impulso del viento

Por Maruxa Ruiz del Árbol | 15-11-2018

Antártida es sinónimo de aventura. Es también leyenda. Y drama. Es la última gran conquista de los exploradores que durante el siglo XIX y principios del XX se lanzaron, con cabeza científica y corazón aventurero, a descubrir hasta el último rincón de nuestro planeta. Y sobre todo es la historia de una rivalidad: la del noruego Amundsen y el británico Scott que ha sido plasmada en libros, películas y canciones.

La tragedia de Robert Falcon Scott es de sobra conocida: cuando después de varios meses de penosa travesía alcanzó el polo Sur el 17 de enero de 1912 junto a cuatro de sus hombres, descubrió que allí, sobre el paralelo 90, ondeaba ya la bandera de Noruega que Roald Amundsen había colocado cinco semanas antes. El explorador británico murió junto al resto de miembros de su expedición tratando de regresar a su campamento base. Meses después fue encontrado su diario donde el 26 de marzo, dos días antes de fallecer, había escrito: “Perseveraremos hasta el final, pero cada vez nos encontramos más débiles, por supuesto, y el fin no puede estar lejos. Es una pena, pero no creo que pueda escribir más. Por el amor de Dios, cuidad de nuestra gente”. Aquel diario y su muerte, preñada de la poesía que otorgamos siempre a los perdedores, elevaron a Scott a la categoría de héroe y le convirtieron en un icono de la cultura popular…

LEER ARTÍCULO

Deja un comentario