Por Jonathan Alonso Robles Arias. 17 Mayo 2020
En medio del caos de las dos guerras mundiales cruzaba un loco dispuesto a encontrar el momento perfecto. No le importaba las balas, las bombas, los tanques, la sangre, el humo o la vida; lo realmente indispensable era lograr fotografiar las entrañas de La Muerte. Cada día era un hito para la historia que Frank Hurley guardaba a luz y sombra en la memoria más sombría de la humanidad.
Hurley fue un australiano, quien vivió el contexto colonialista y bélico de la primera mitad del siglo XX (Thomas, 1990), lo que provocó que participara como fotógrafo en: Ocupaciones británicas en Palestina en 1917 (para luego retornar en los años cuarenta); procesos coloniales en Papúa, Nueva Guinea durante los años veinte, donde realizó documentales y películas de ficción; expediciones de la Antártida; y las profundidades de la Primera y Segunda Guerra Mundial, en especial la primera en la zona de Ypres (Bélgica), como capitán honorario, y la icónica Batalla del Somme con las tropas británicas…